Mucha veces nos desanimamos antes de comenzar una nueva rutina de ejercicios. Nos decimos a nivel consciente o inconsciente que el ejercicio será algo desagradable. Frases como “es que no me gusta sudar”, “es que no tengo fuerza”, “no lo puedo hacer”, “hay que vivir en el gimnasio para estar en forma” o “solo los atletas son buenos haciendo ejercicio.” Son pensamientos que nos desaniman. La mayoría de las veces muchas estos pensamientos son falsos nos limitan y nos quitan las ganas de comenzar. Nos dejamos llevar por pasadas experiencias en donde dejar de hacer ejercicios fue la opción.

Sin embargo, muchas veces esas cosas que nos incomodan en la vida nos pueden servir de gran motivación. ¿Cómo? Pues afrontándolas, en el momento que decidimos enfrentar esas incomodidades o pensamientos que nos paralizan de nuestra meta de hacer ejercicio nos dirigimos al éxito.

Entonces es el momento de analizar si estas escogiendo el camino correcto. Si los lamentos de esos pensamientos derrotistas de no puedo y no querer sudar,  junto a la posible comodidad de quedarte en el sofá viendo Netflix. Versus la meta de un cuerpo más saludable. Esta decisión para muchos no es fácil ¡lo sé!.

Pero siempre es posible hacer unos ajustes a la disciplina y vivir como te mereces teniendo lo mejor de tu vida y tu cuerpo. No tengo que decir que existen miles de estudios que comprueban el buen ánimo y la sensación de bienestar que da el ejercicio. Además de ayudar a combatir ansiedad y depresión. Así que si haces ejercicios tú puedes vivir con esta sensación de bienes también todos tus días.

Sólo que tienes que ayudar a tu mente a aportar este nuevo hábito.

Aquí 5 recomendaciones que te ayudaran a tu mente a la meta de ejercitarte:

  1. Identifica tus pensamientos negativos que te detienen a tu meta. Dile ¡Basta!
  2. Recuerda la última vez que adoptaste un nuevo hábito, ¿qué te ayudo? ¿qué te motivo?
  3. ¡Cree en ti! Esto puede ser lo más complejo que lo que parece. Debes creer que tienes la capacidad de lograr lo que quieres. Aquí debemos trabajar nuestras creencias que nos detienen. Siente y visualiza en tu mente cómo te sentirías logrando esa meta.
  4. Que tu día sea acorde a tu propósito. Desde el primer minuto de la mañana despista dando gracias por poder moverte, ponte tu ropa de ejercicio y muévete. Si no te puedes ejercitar por la mañana dedica un minuto al levantarte a mover el cuerpo. Esto le dice a tu cerebro que estas despierta y lista para comenzar tu día con éxito.
  5. Comienza hoy, ahora y en este momento. Deja las excusas. Se acabó el boicot a tu persona, se acabaron las excusas de que hoy estoy cansada y no puedo. Respeta tu meta y ve tras ella.

En adición puedes pedirle a un amigo o amiga que te acompañe en el reto. Elimina cualquier distracción que te aleje de la meta. Evalúa si puedes eliminar cosas en tu agenda que en ocasiones no son prioridad. Muchas veces pensamos que estamos muy ocupados y en realidad no hemos establecido bien nuestras prioridades. Los primeros 10 días son los más difíciles pero luego que pasan te garantizo que te sentirás mejor. Cada pequeño éxito celébralo. Repítete Yo Sí Puedo.